Esta típica frase que se dice a alguien que quiere algo que no hay y es difícil de obtener, es una expresión que puede reflejar cómo está el tema de la accesibilidad en la actualidad. El año 2013 la ciudad de Berlín fue elegida la ciudad más accesible del mundo, pero lograrlo no fue fácil. Constó de una gran planificación y no fue algo de un día para otro, algo que en Chile que se destaca por sus políticas a corto plazo es difícil de imaginar.
A pesar de haber ganado el año pasado, en Berlín no quedaron satisfechos y se han puesto una nueva meta: convertirse para el 2020 en una ciudad para todos. Porque de eso se trata la inclusión. No queremos ciudades llenas de rampas ya que eso sería una solución parche. Lo que se necesita es pensar en una ciudad que sea construida para todos y no tengamos que recurrir al dicho “en el camino se arregla la carga”.
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¿Y en Chile planificamos las ciudades?
Da la impresión que no. Cada vez hay más casas, más autos, y las nuevas construcciones son hechas sin una planificación. A pesar de que existe una ley que obliga a que los edificios públicos deben ser accesibles, el 75% no lo es bajo estándares de la ONU, y para el 25% que cumple es insuficiente. Lamentablemente porque estos edificios se transforman en islas a las que, por lo general, no todos pueden llegar.
Con un sistema de transporte deficiente y vías públicas llenas de obstáculos se hace imposible llegar a diversos destinos. Prueba de esto es, que a pesar de existir más de dos millones de personas con discapacidad en nuestro país, esto no se ve reflejado en las calles.
Un punto importante y que hace una gran diferencia entre dos continentes, es que Europa se une para hablar estos temas. Los países van contando sus experiencias, que medidas resultaron y cuáles no. Latinoamérica debería imitar esta forma de trabajo en conjunto entre distintas naciones, así avanzaríamos con mayor rapidez y más efectividad, y no se gastarían recursos en caminos erróneos.
¿Cómo avanzar?
Por ahora seguir apoyando iniciativas como Ciudad Fácil que nos muestra las falencias arquitectónicas que nos afectan, lo que nos ayuda a obtener catastros de nuestra ciudad, donde es necesario intervenir y de qué forma, y la gran ventaja es que esta información es levantada por los mismos afectados. Ahora es necesario que las autoridades sepan tomar estos datos para crear ciudades para todos.
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