La ecuatoriana Sandra Esparza ha transformado en cuento las experiencias acunadas en un parque inclusivo creado en la provincia de Los Ríos, cuya característica principal son las buenas prácticas de arquitectura accesible y diseño, que han roto barreras y fronteras.
Arquitecta de profesión, con postgrado en Accesibilidad y Diseño Universal en universidades españolas de Cataluña y Jaén, Esparza explicó hoy a Efe que en el texto cuenta vivencias en el parque así como sus experiencias cuando remodeló el parque central de la comunidad de San Juan de Puebloviejo, en Los Ríos, en 2013.
Varios pedidos de información sobre el parque provenientes de universidades de España y Argentina, entre otros, le motivaron a plasmar la situación a manera de cuento “porque es más fácil que llegue a todos, primero a los niños para que ellos vayan conociendo el concepto de la accesibilidad y la inclusión”.
También cree que, a manera de cuento, permitiría que los padres se enteren del parque cuando lean el texto a los niños, o que llegue de una manera más “amigable” a autoridades que, si tienen obras en gestación, puedan incorporar en ellas componentes que ayuden a personas que no ven, no escuchan o están en silla de ruedas.
Asegura que es “un cuento para todos”, pero pone el acento en la importancia de que llegue a los niños pues, en muchos casos, son los pequeños los que alertan a los adultos sobre, por ejemplo, el efecto negativo de bloquear accesos para sillas de ruedas en los aparcamientos.
El personaje principal del cuento es el parque mismo, asegura Esparza que recuerda que en ese sitio en Los Ríos, las personas con discapacidad visual pueden guiarse por el olfato o por la textura del piso, mientras que la Federación de Sordos y Ciegos de Ecuador le facilitaron información que se colocó en diversas placas.
Explicó que en el parque hay cinco áreas que están definidas por fragancias que llegan desde las plantas colocadas en el sector tras estudios de varios días.
La arquitecta recuerda, por ejemplo, que pasó varios días desde la madrugada hasta la medianoche estudiando el movimiento de la gente para incorporar esas actividades en el diseño de remodelación y ubicación de matas como jazmín, gardenias o pequeñas plantas de frutos cítricos al que tienen acceso los visitantes.
En el parque “todo es para todos, no hay logotipos ni nada que etiquete”, explicó al añadir que el parque también cuenta con juegos infantiles para el disfrute de todos sin barreras, algo que plasmó en el cuento que presenta hoy en la Casa de la Cultura de la capital ecuatoriana y próximamente en México.
El libro, que está en español, inglés e italiano, busca sensibilizar y concienciar a la sociedad en el mejoramiento de la calidad de vida de todos los ciudadanos, según Esparza quien destaca la influencia de muchos arquitectos y profesores españoles que le motivaron a escribir el libro.
Además, el español Juan José Medina puso voz al libro, con lo cual se puede escuchar “mientras estás conduciendo, permite que la persona ciega lo escuche”, así como quienes no han aprendido a leer, explicó Esparza quien agradeció el apoyo de la Alcaldía de Guayaquil para la publicación del texto.
“Yo no soy escritora”, comentó al revelar que para emprender en el proyecto, en el cual se incluyen dibujos de su hija Vania, una diseñadora de 22 años, tomó un curso de nueve meses con el escritor ecuatoriano Abdón Ubidia.
Precisamente Ubidia destaca en el prólogo del libro que Esparza diseñó un “parque único, inclusivo que no hace distingos entre los visitantes”.
“Quienes usan sillas de ruedas no encontrarán obstáculos en su trajinar, no importa qué discapacidad sea la que tiene el usuario, no se sentirá nadie discriminado”, sostiene en el libro llamado “Un parque para todos, sin barreras, sin fronteras”, con el que Esparza busca incentivas la accesibilidad de toda la ciudadanía.
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